AMLO pide justicia para las víctimas de los “vuelos de la muerte” en la guerra sucia

En una firme declaración durante su conferencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador instó a las autoridades a actuar de manera contundente contra aquellos vinculados a los atroces “vuelos de la muerte” que tuvieron lugar durante las décadas de los 70 y 80, en el marco de la conocida como guerra sucia. Estas operaciones clandestinas, recientemente corroboradas por una sentencia judicial, han sido catalogadas como “terrorismo de Estado”, lo que subraya la gravedad de los crímenes cometidos durante ese oscuro periodo de la historia de México.

López Obrador respondió a la información publicada entre domingo y lunes, en la que se confirmó la existencia de estos vuelos y se ordenó a la Fiscalía General de la República (FGR) proceder penalmente contra los responsables, tanto civiles como militares, incluidos altos mandos y un exsecretario de la Defensa Nacional. Ante la pregunta directa sobre este fallo judicial, el presidente fue claro y contundente: “Que se actúe”.

En su mensaje, el mandatario recordó la importancia de continuar las investigaciones sobre los crímenes del pasado, enfatizando que estos delitos no deben quedar impunes. “Hay que seguir con la investigación y con la condena, que es lo mismo del 68 y todas las atrocidades que se han cometido en el país”, afirmó, aludiendo también a la represión del movimiento estudiantil de 1968, otro evento trágico en la historia reciente de México.

La guerra sucia, un periodo caracterizado por la persecución, desaparición y asesinato de opositores políticos y movimientos sociales, ha sido un tema pendiente en la agenda de justicia en el país. Los “vuelos de la muerte” representan uno de los métodos más siniestros empleados en esa época, donde las víctimas eran arrojadas al mar desde aviones militares, un acto que ha sido calificado como crimen de lesa humanidad.

La firmeza del presidente en exigir justicia contrasta con la impunidad que ha prevalecido durante décadas. Reiteró que su gobierno ha marcado una diferencia significativa respecto a los anteriores, subrayando que durante su administración no se han cometido actos de represión ni desapariciones forzadas. “Les puedo decir, lo voy a exponer en el Zócalo el día primero (de septiembre, en su último informe): no desaparecimos a nadie, no se torturó a nadie, no hubieron masacres, no reprimimos. No somos iguales”, enfatizó.

Este pronunciamiento se da en un contexto donde la memoria histórica y la justicia para las víctimas de la guerra sucia cobran relevancia. La exigencia de López Obrador de que se proceda penalmente contra los responsables es un llamado a no olvidar y a garantizar que estos crímenes no queden impunes, una deuda histórica que la sociedad mexicana sigue exigiendo saldar.

Con este acto, el presidente López Obrador reafirma su compromiso con la verdad y la justicia, marcando una línea clara entre su gobierno y los regímenes que, en el pasado, han estado implicados en violaciones graves a los derechos humanos.