Presidenta con “A”: Claudia Sheinbaum y la Continuidad Transformadora
Claudia Sheinbaum ha marcado un hito en la historia política de México al convertirse en la primera mujer en recibir la constancia de mayoría como Presidenta electa. En su discurso, no sólo celebró este logro, sino que lo enmarcó en una lucha histórica por la reivindicación de las mujeres en la política y en todos los ámbitos de la vida pública. Al insistir en el uso de la palabra “Presidenta” con “A”, Sheinbaum no solo demanda un reconocimiento simbólico, sino que establece un precedente de dignificación para todas las mujeres que han sido protagonistas y, a menudo, invisibilizadas en la historia de nuestro país.
Este acto de reivindicación del lenguaje es, en sí mismo, un reflejo de la Cuarta Transformación (4T), que ha buscado cuestionar y cambiar las estructuras tradicionales del poder. No se trata simplemente de un cambio de término, sino de un cambio de paradigma. Sheinbaum, al adoptar esta postura, reafirma su compromiso con los valores de la 4T y con la lucha por la igualdad de género, un eje que ha sido fundamental en su trayectoria política y en las políticas públicas impulsadas por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
La Presidenta electa, lejos de deslindarse de su predecesor, ha expresado con firmeza su lealtad y admiración por López Obrador, reconociendo su legado como el mejor presidente en la historia reciente de México. Esta continuidad no es una mera estrategia política, sino una convicción profunda de que el proyecto de la 4T es el camino correcto para seguir construyendo un México más justo y equitativo. Sheinbaum ha sido clara: no habrá ruptura, sino una consolidación de los logros obtenidos y una profundización en las transformaciones que aún están por venir.
El reconocimiento de Sheinbaum hacia AMLO no es casual ni vacío de contenido. Bajo su liderazgo, México ha experimentado una serie de cambios que han transformado la vida de millones de mexicanos. Desde la creación de programas sociales, como las pensiones para adultos mayores y los planes de justicia para pueblos indígenas, hasta la construcción de infraestructura clave como el Tren Maya y la refinería Olmeca, la 4T ha sentado las bases para un desarrollo más justo y sostenible. Sheinbaum, consciente de este legado, se ha comprometido a continuar y ampliar estas políticas, asegurando que México siga avanzando en la dirección correcta.
En su discurso, Sheinbaum también recordó los años oscuros del neoliberalismo, cuando el país fue entregado al poder económico y el bienestar del pueblo fue relegado a un segundo plano. Durante 36 años, México vivió bajo un régimen que priorizó el lucro sobre la dignidad, resultando en la privatización de empresas públicas, la precarización del trabajo y la entrega de la riqueza energética nacional a intereses extranjeros. Estos fueron los años del Fobaproa, del outsourcing, de la guerra contra el narcotráfico, y del fraude electoral. Pero como bien dijo Sheinbaum, el pueblo dijo “basta” y eligió a López Obrador, quien ha revertido muchas de estas políticas nefastas y ha devuelto el poder al pueblo.
Sheinbaum ha dejado claro que su gobierno no significará un retroceso, sino un avance en la ruta trazada por López Obrador. Su compromiso de no aumentar los precios de la gasolina, el diesel, el gas LP y la electricidad en términos reales, así como su intención de lograr un acuerdo con el sector empresarial para mantener la estabilidad económica, son muestras de su determinación para proteger el bienestar de las familias mexicanas.
Asimismo, la Presidenta electa ha anunciado nuevos programas sociales que, sin duda, fortalecerán la red de protección social construida durante la 4T. Entre estos programas destacan los destinados a las mujeres y madres, las becas universales para estudiantes de nivel básico y un ambicioso programa de salud que llevará atención médica directamente a los hogares. Estas iniciativas, que beneficiarán a los sectores más vulnerables de la población, son una continuación de la política social que ha caracterizado al gobierno de López Obrador y que ha demostrado ser efectiva para reducir la desigualdad y mejorar la calidad de vida de los mexicanos.
Antes de concluir su discurso, Sheinbaum hizo un llamado importante a Morena, el partido que ha sido el vehículo de la 4T, para que convoque a un Congreso Nacional en septiembre. Este Congreso será clave para actualizar los estatutos y trazar una ruta clara que separe la labor del partido de la labor del gobierno en el proceso de transformación. Este movimiento es fundamental para asegurar que Morena siga siendo una fuerza política coherente y alineada con los principios que han guiado a la 4T desde su inicio.
Finalmente, Sheinbaum envió un mensaje contundente a los legisladores de la 4T: todos deben cumplir con el mandato de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo de México. Este recordatorio es crucial en un momento en el que la transformación de México está en una etapa crítica. Sheinbaum, como Presidenta, entiende que la confianza del pueblo es el bien más preciado que un gobierno puede tener, y está decidida a no defraudar a quienes han depositado su esperanza en este proyecto.
En resumen, Claudia Sheinbaum no solo ha celebrado su triunfo, sino que ha reafirmado su compromiso con la Cuarta Transformación y con la visión de un México más justo, igualitario y soberano. Con su liderazgo, México tiene la oportunidad de seguir avanzando en la ruta del cambio verdadero, consolidando los logros alcanzados y enfrentando los desafíos que aún quedan por superar. La Cuarta Transformación continúa, ahora con una Presidenta al frente, y con ello, la esperanza de un México mejor sigue viva.