Ejidatarios de Santiago Tlapacoya Bloquean Carretera en Exigencia de Indemnización a Pemex

Pachuca, Hidalgo. En una muestra de unidad y resistencia, los pobladores del ejido de Santiago Tlapacoya, respaldados por ejidatarios de comunidades vecinas, llevaron a cabo un bloqueo de dos horas en la carretera federal México-Laredo. La acción, que inició a las 10 de la mañana y concluyó poco después del mediodía, fue motivada por la negativa de Petróleos Mexicanos (Pemex) de proporcionar información clave sobre un oleoducto subterráneo instalado en sus tierras hace 70 años.

El tramo de 12 kilómetros del oleoducto Tula-Tuxpan, que conecta la refinería Miguel Hidalgo en Tula con el puerto de Tuxpan en Veracruz, atraviesa las tierras de Santiago Tlapacoya. Desde su instalación en 1950, los ejidatarios han reclamado sin éxito la indemnización por las tierras afectadas, las cuales nunca fueron expropiadas formalmente por el gobierno. El bloqueo fue la respuesta a la falta de respuestas de Pemex, que según los ejidatarios, se ha negado sistemáticamente a proporcionar la información sobre el trazo del ducto y las tierras afectadas, impidiendo así el cobro de las indemnizaciones.

La protesta, que afectó la circulación vial en las inmediaciones de la localidad de Santa Catarina, generó un embotellamiento de varios kilómetros. Inicialmente, los ejidatarios bloquearon parcialmente la carretera utilizando camiones de carga y tractores, pero al poco tiempo, el bloqueo se extendió a ambos sentidos, paralizando completamente el tránsito.

Los ejidatarios relataron cómo, en 1950, técnicos de Pemex, escoltados por el ejército, llegaron sin previo aviso al ejido de Santiago Tlapacoya para trazar el paso del oleoducto. Sin mediar decreto de expropiación, la tubería fue instalada bajo tierra, dejando a los propietarios sin compensación alguna. Además, los pobladores señalaron que la presencia del ducto ha traído consigo otros problemas graves, como la contaminación de sus tierras debido a los constantes derrames de combustible provocados por los “huachicoleros” que perforan el ducto para robar gasolina.

En su exigencia por la información del oleoducto, los ejidatarios han sido enfrentados con una actitud de indiferencia por parte de Pemex. “Nos dicen que no nos pueden dar esa información y que la hagamos como queramos”, declaró uno de los afectados, quien añadió que no puede sembrar nada en su parcela debido a la ubicación del ducto.

A pesar de la incomodidad generada por el bloqueo, los ejidatarios ofrecieron disculpas a la ciudadanía a través de redes sociales, argumentando que la acción fue la única alternativa que les dejaron las autoridades federales ante la falta de respuestas.

Minutos después de iniciado el bloqueo, un grupo de ejidatarios accedió a reunirse con representantes de Pemex en la delegación de la Secretaría de Gobernación federal en Pachuca. Tras alcanzar acuerdos cuyos detalles no fueron revelados, los líderes del movimiento anunciaron el fin del bloqueo, permitiendo la reanudación del tráfico vehicular en la carretera México-Laredo.

Este episodio resalta la persistencia de los ejidatarios en su lucha por justicia y compensación, así como la necesidad de un diálogo transparente entre las autoridades y las comunidades afectadas por proyectos de infraestructura.