Aún Sin Justicia: A 10 Años del Derrame de Grupo México en el Río Sonora
Una década después del derrame de 40 millones de litros de residuos tóxicos de la minera Buenavista del Cobre de Grupo México en la cuenca del río Sonora, la remediación de los graves daños sigue pendiente en las ocho comunidades afectadas. Los niveles de metales pesados como aluminio, antimonio, arsénico y bario continúan altos en las aguas del cauce, evidenciando la prolongada falta de acción efectiva por parte de las autoridades y la empresa responsable.
Los lugareños exigen justicia y reprochan que, a pesar de los estragos dejados por el peor desastre ambiental en la historia de la minería en México, ocurrido el 6 de agosto de 2014, el consorcio de Germán Larrea sigue acaparando el líquido de la región para utilizarla en la mina de cobre más grande del país. Esta situación genera una doble crisis: la escasez de agua para los habitantes y la continua contaminación del recurso vital.
Según el dictamen de diagnóstico ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), se comprobó la severa contaminación en la cuenca. Pese a ello, las autoridades no han cumplido con la promesa de proporcionar agua libre de metales pesados, mediante plantas potabilizadoras, a los habitantes de poblados aledaños al río Sonora. Este incumplimiento ha perpetuado la exposición de la población a sustancias tóxicas, con consecuencias graves para la salud pública.
Los muestreos realizados en noviembre y diciembre de 2023 en 13 de los 27 sitios visitados superan los límites permisibles para aluminio, arsénico, hierro, manganeso y mercurio. El documento oficial responsabiliza a Grupo México de afectar con sus desechos ese caudal de la sierra norte de Sonora. Los resultados muestran la persistencia de una contaminación crónica derivada de la actividad minera en la región.
Estos hallazgos confirman que, desde la perspectiva de los sedimentos, no ha habido ninguna remediación ambiental efectiva en la zona. Lo más alarmante es la presencia de mercurio en todas las muestras de sedimento, a pesar de que este elemento no está presente de forma natural en la geología de la región. Esto sugiere una contaminación muy por encima de los niveles geológicos naturales del sitio, se puntualiza en el dictamen de la Semarnat.
Integrantes de los Comités de Cuenca del Río Sonora (CCRS) solicitaron a la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, no olvidar a los pobladores afectados y que no permita que la empresa del segundo hombre más rico de México siga intoxicando su gobierno. La demanda es clara: justicia y acción contundente para reparar los daños ambientales y sociales.
Durante dos administraciones federales, Grupo México ha evadido reparar los daños ocasionados. Las multas e indemnizaciones impuestas no han cubierto en su totalidad los efectos directos, indirectos y acumulativos en la población, los ecosistemas y la economía, ni los costos de supervisión y atención de la salud y la calidad de las matrices ambientales.
“Quienes vivimos cerca del río tenemos en nuestros cuerpos altos niveles de plomo, cadmio, arsénico y otros metales pesados; hemos perdido amigos y familiares por las enfermedades que causan estos contaminantes, y nadie nos ha dado atención a la salud especializada en toxicología”, denunciaron los lugareños perjudicados. Esta situación resalta la urgente necesidad de una respuesta integral y sostenida por parte del gobierno federal.
En este contexto, los CCRS pidieron a Sheinbaum Pardo que su administración sea diferente y actúe con firmeza para garantizar justicia y reparación de daños a los pueblos del río Sonora. La expectativa es alta y la exigencia de acción es ineludible. La historia aún espera un desenlace que ponga fin a una década de injusticia y abandono.