Trabajadores de Durango en Pie de Lucha por Transparencia y Justicia Laboral

Durango, Dgo. — Los trabajadores de la mina El Roble, en el municipio de Cuencamé, han cerrado sus instalaciones por una semana, en una protesta que busca claridad y justicia en el reparto de utilidades. Esta mina, administrada por la renombrada empresa Peñoles, ha sido escenario de crecientes tensiones tras el anuncio de que no se distribuirían utilidades este año, alegando un balance de cero en el estado de cuentas del 2023, situación que ha sido abiertamente cuestionada por los empleados.

Los mineros, liderados por voces como la de Anna Cervantes Lozano, trabajadora de la mina desde hace seis años, han expresado su incredulidad ante la declaración de que no existen ganancias, conocedores de la cantidad de zinc que se extrae y se procesa en la mina. “La extracción no fue baja este año”, asegura Cervantes, reflejando el sentir generalizado entre sus compañeros.

La solicitud de una copia de la carátula del estado de cuentas ha sido un punto central en esta contienda. Dicha carátula, según reportes, fue entregada a Manuel Romero Córdova, dirigente sindical, quien, junto a la dirección de la mina, decidió sobre una compensación provisional consistente en dos pagos de 20 días de salario, repartidos en mayo y septiembre. Sin embargo, esta medida no ha sido suficiente ni satisfactoria para los trabajadores, que históricamente han enfrentado promesas incumplidas sobre pagos de utilidades.

La desconfianza se ha acrecentado ante la negativa tanto del sindicato como de la empresa para mostrar la documentación requerida, lo que ha llevado a Anna Cervantes a cuestionar la posible complicidad entre ambas partes. “Nos bastaba ver la carátula para retirarnos, pero no entiendo la negativa”, declaró Cervantes, evidenciando la frustración del colectivo.

Ante la ausencia de respuestas, y con el respaldo unánime de los 670 trabajadores de la mina, se decidió mantener cerrado el acceso a las instalaciones desde el pasado miércoles. A pesar de las amenazas del sindicato para que los trabajadores retomen sus labores, el movimiento ha cobrado fuerza, insistiendo en su demanda por una clarificación sobre las utilidades y garantías de que no habrá represalias por esta acción.

Este conflicto no solo resalta las tensiones laborales en la industria minera, sino también el clamor por prácticas empresariales transparentes y equitativas. Los trabajadores de El Roble se mantienen firmes en su lucha por sus derechos, esperando que su situación inspire a otros a demandar condiciones laborales justas y dignas en todo el sector.