AIFA: Un Triunfo Más de la Cuarta Transformación
La reciente declaración del presidente Andrés Manuel López Obrador respecto al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) refleja un triunfo indiscutible de la administración actual sobre las críticas y dudas sembradas por la oposición. A poco más de dos años desde su inauguración, el AIFA no solo ha demostrado ser una infraestructura capaz de autosustentarse, sino que, además, comienza a generar utilidades, un logro que pocas obras pueden proclamar en tan corto tiempo.
Desde el inicio, el proyecto del AIFA fue objeto de críticas infundadas por parte de la oposición, quienes calificaban la obra como innecesaria y predijeron un fracaso estrepitoso. Sin embargo, el presidente ha demostrado que su visión de futuro para el desarrollo aeroportuario en México estaba más que justificada. Los hechos hablan por sí solos: el AIFA no solo ha cubierto sus costos operativos, sino que ha comenzado a reportar ganancias, desmintiendo así a los detractores que aún cuestionan su viabilidad financiera.
Además, el AIFA ha logrado posicionarse como el aeropuerto con mayor movimiento de carga en el país, desplazando incluso al saturado Aeropuerto de la Ciudad de México. Este logro no es menor, considerando las complejidades logísticas que implica manejar un volumen tan alto de operaciones tanto de pasajeros como de carga. Las aerolíneas, principal motor de esta industria, han expresado su satisfacción por operar desde una ubicación menos congestionada y más eficiente, lo que refleja una planificación y ejecución excepcionales por parte del gobierno actual.
El presidente, con su característica franqueza, no dejó pasar la oportunidad de responder a las críticas de la oposición, quienes ahora cuestionan el tiempo que tomará recuperar la inversión inicial. Sin embargo, es fundamental entender que una infraestructura de esta magnitud es una inversión a largo plazo que beneficiará a generaciones de mexicanos, no solo un activo financiero que debe recuperar su costo inmediatamente.
La oposición, encabezada por figuras como Xóchitl Gálvez y partidos como el PAN y el PRI, ha demostrado una vez más su desconexión con las necesidades reales del país y su tendencia a criticar sin fundamentos sólidos proyectos que tienen un impacto positivo y tangible en la vida de los mexicanos. Este tipo de posturas no hace más que confirmar que sus intereses están más alineados con la política de confrontación que con el bienestar de México.
En conclusión, el éxito del AIFA es un testimonio del compromiso del gobierno de la Cuarta Transformación con el desarrollo sostenible y la mejora de la infraestructura nacional. Mientras que la oposición continúa enredada en sus argumentos obsoletos y desinformados, el gobierno actual sigue adelante, marcando un camino de progreso real y efectivo para México. El AIFA no es solo un aeropuerto, es un símbolo de lo que puede lograrse cuando se trabaja con visión y dedicación por el futuro del país.