El Superpeso Mexicano: Estrella de las Economías Emergentes
El peso mexicano se ha consolidado como una moneda estelar dentro de las economías emergentes, alcanzando un nivel de cotización en 16.53 unidades por dólar spot, el más bajo desde finales de 2015, según datos oficiales. Este logro subraya el robusto desempeño de la moneda mexicana, que se ha apreciado un 34.11% desde el punto más crítico de la pandemia de covid-19 en marzo de 2020, cuando tocó las 25.1050 unidades por dólar.
Especialistas apuntan a varios factores que han propiciado la fortaleza del peso, destacando entre ellos el incremento en las tasas de interés por parte de los bancos centrales de México y Estados Unidos, un fenómeno que ha favorecido la inversión en bonos gubernamentales mexicanos. A esto se suma el notable aumento en las exportaciones, que alcanzaron un récord de 593 mil 12 millones de dólares en 2023, impulsadas principalmente por la industria automotriz, y el flujo récord de remesas que ascendió a 63 mil 286 millones de dólares el mismo año.
La posición de México como principal exportador a Estados Unidos en 2023, superando a China después de 16 años, junto con su localización estratégica para sectores claves como el de chips y vehículos eléctricos, han reforzado la estabilidad y atractivo de la moneda nacional. La autonomía del Banco de México y una política fiscal dirigida a la reducción del déficit en la próxima administración han sido también pilares fundamentales para el soporte interno del peso.
Sin embargo, el impacto de un peso fuerte no es uniformemente positivo. Beneficia a importadores y a quienes tienen deudas en dólares, pero impacta negativamente a exportadores y a las familias que dependen de las remesas, enfrentando una disminución en el poder adquisitivo debido a la apreciación del peso y la inflación.
En el horizonte político, las elecciones generan cierta incertidumbre, aunque la posible continuidad en la política económica con Claudia Sheinbaum como futura presidenta o incluso con una alternancia con Xóchitl Gálvez, parece no alterar significativamente las expectativas del mercado. No obstante, situaciones como una crisis política post-electoral o la reelección de Donald Trump en Estados Unidos podrían representar factores de riesgo para la estabilidad de la moneda.
La atención también está puesta en el futuro de Petróleos Mexicanos (Pemex), cuya situación financiera podría influir en el desempeño del peso. A pesar de las medidas de apoyo del gobierno, la deuda de más de 100 mil millones de dólares de la paraestatal es un desafío pendiente.
El panorama del peso mexicano es, hasta ahora, uno de estabilidad y fortaleza, reflejo de una economía resiliente y estrategias políticas y económicas efectivas. Sin embargo, el contexto internacional y los desarrollos políticos internos podrían incidir en su trayectoria futura. La historia del “superpeso” mexicano continúa escribiéndose, con la mirada puesta en mantener la estabilidad y el crecimiento en un escenario global cambiante.