La Resiliencia de Acapulco Frente al Huracán Otis: Una Transición hacia la Recuperación

Acapulco, Guerrero – A cinco meses del devastador paso del huracán Otis, la emblemática ciudad de Acapulco enfrenta un panorama de transformación y desafíos. Las secuelas de la catástrofe aún son visibles en sus edificios y calles, donde algunos inmuebles, antes pilares de la actividad económica y turística, ahora exhiben lonas que anuncian su venta. Entre estos se encuentra el edificio que albergaba las oficinas de Nacional Financiera (Nafin), situado en la concurrida Costera Miguel Alemán, en el Fraccionamiento Magallanes, un reflejo tangible de la adversidad que ha tocado a la puerta de este paradisiaco destino.

El impacto del huracán no solo dejó una huella física en las estructuras, sino que también ha marcado profundamente al sector empresarial de Acapulco. Jorge Laurel González, ex presidente de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Acapulco (AHETA), compartió con nosotros su perspectiva sobre la difícil situación que atraviesan muchos empresarios. La decisión de poner en venta propiedades no es un acto de rendición, sino una manifestación de la cruda realidad que enfrentan aquellos que no han podido recuperarse de las pérdidas significativas causadas por el desastre natural.

El caso del edificio de Nafin es solo uno entre varios, siendo testigo mudo de la magnitud de la catástrofe: fachadas derrumbadas, pisos desnudos y expuestos, y una sensación de abandono que contrasta con el vibrante espíritu acapulqueño. Sin embargo, este escenario no es exclusivo de Nafin; el hotel El Cano y el icónico restaurante La Mansión, con más de 60 años de tradición en cortes finos de carne, también forman parte de la lista de afectados, simbolizando la amplia gama de desafíos que enfrenta la comunidad empresarial local.

Frente a esta adversidad, el gobierno federal ha extendido su mano en auxilio a los damnificados, reconociendo la necesidad de apoyar a la recuperación del tejido económico y social de Acapulco. Sin embargo, la magnitud de las pérdidas, estimadas en alrededor de 7 mil hectáreas de construcción dañada o destruida, subraya la larga travesía hacia la recuperación que aún espera a muchos empresarios y habitantes de Acapulco.

La situación actual de Acapulco, con edificios en venta y negocios cerrados, es sin duda desafiante, pero también ofrece una oportunidad única para replantear, reconstruir y revitalizar. La resilencia y el espíritu indomable de su gente son la base sobre la cual Acapulco puede encarar el futuro, transformando las secuelas del huracán Otis en los cimientos de una nueva era de prosperidad y esperanza para todos sus habitantes.