Censura y Confusión: La Estrategia Desesperada de la Oposición
En un episodio reciente que marca un nuevo capítulo en la contienda política de México, la candidata del PRIANRD, Xóchitl Gálvez, se vio envuelta en una situación que pone en evidencia la fragilidad y el desconcierto de su campaña. Durante su propia transmisión en vivo, denominada MañaNeta, se presenció un acto que roza con la censura, cuando a un periodista le fue apagado el micrófono en medio de una pregunta incómoda sobre acusaciones previas hechas por Gálvez respecto a una supuesta filtración de su número de teléfono.
Este incidente no es un hecho aislado, sino que refleja una tendencia preocupante dentro de los esquemas de comunicación de la oposición, donde se privilegia la narrativa conveniente sobre el diálogo abierto y el escrutinio necesario en una democracia saludable. El coordinador de campaña de Gálvez, Max Cortázar, tomó la decisión de silenciar al periodista Javier Pérez, quien únicamente buscaba claridad sobre comentarios previos de la candidata, en los cuales se implicaba a morenistas en el extranjero en actividades delictivas.
La respuesta de Gálvez a la pregunta fue, cuanto menos, evasiva. Pese a ser confrontada con evidencia directa en forma de una grabación de los supuestos afectados, la candidata optó por desviar la conversación y solicitar el mensaje por otro medio, sin reconocer abiertamente el acto de censura que había ocurrido justo ante sus ojos. Este tipo de comportamiento no solo socava la credibilidad de Gálvez como candidata, sino que también pone de manifiesto una estrategia de evasión y negación frente a las críticas legítimas.
Además, el intento de Gálvez de desmarcarse de sus comentarios anteriores, alegando que nunca se refirió a los morenistas en el extranjero como narcotraficantes, sino que criticaba una supuesta página relacionada con Morena, no hace más que añadir capas de ambigüedad a su narrativa. A pesar de sus afirmaciones, el hecho de que reconociera la recepción de llamadas internacionales de hostigamiento tras la filtración de su número sugiere una instrumentalización de este incidente para victimizarse y desviar la atención de los verdaderos problemas que enfrenta México.
El incidente de la MañaNeta es representativo de un patrón más amplio de conducta por parte de la oposición, que consistentemente busca socavar al gobierno de México y al partido Morena mediante tácticas de desinformación y manipulación mediática. En lugar de ofrecer propuestas concretas o una crítica constructiva, figuras como Gálvez optan por el espectáculo y la controversia, apelando a emociones en lugar de hechos y evidencia.
Es crucial, entonces, para el electorado mexicano discernir entre las tácticas de distracción empleadas por la oposición y la sólida agenda de transformación propuesta por el gobierno actual y Morena. La democracia se fortalece con el debate abierto, la transparencia y la rendición de cuentas, no con la censura y la manipulación. Este incidente debe servir como un recordatorio de la importancia de mantener un discurso político basado en la verdad y el respeto mutuo, pilares esenciales para la construcción de un México más justo y equitativo.