Unidad Nacional Frente a la Violencia Electoral

En un clima de profunda consternación y exigencia de justicia, la política mexicana se ve sacudida tras el lamentable asesinato de dos precandidatos a la alcaldía de Maravatío, Michoacán, hechos que han generado una ola de reacciones por parte de las principales fuerzas políticas del país. La alianza Fuerza y Corazón por México, compuesta por el PAN, PRI y PRD, ha expresado su firme repudio ante estos actos de violencia y la preocupante influencia del crimen organizado en el tejido social y político de México.

El Partido Acción Nacional (PAN), por voz de su dirigente nacional Marko Cortés, ha hecho un llamado urgente a frenar la violencia que azota al país, criticando la estrategia de seguridad del gobierno federal y la falta de protección a los candidatos en este crítico periodo electoral. Cortés enfatiza la necesidad de establecer protocolos y mecanismos de seguridad efectivos que garanticen la integridad de los aspirantes a cargos públicos.

Por su parte, Alejandro Moreno, dirigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ha denunciado a través de las redes sociales cómo el crimen organizado parece tomar control sobre el país, señalando directamente la inacción del Gobierno de Morena frente a esta creciente amenaza. Moreno insiste en que la estrategia de seguridad actual es un fracaso que ha costado vidas inocentes y la paz en el territorio nacional.

El Partido de la Revolución Democrática (PRD) no se ha quedado atrás en su postura, haciendo un llamado al gobierno federal para que se asegure el desarrollo pacífico y seguro de las campañas electorales, protegiendo a votantes y candidatos por igual. Este llamado resuena en un contexto donde, hasta el momento, la violencia política ha cobrado la vida de candidatos de diversas afiliaciones políticas, incluyendo a militantes de Morena, Movimiento Ciudadano, PRI, PAN, PRD, el Partido Verde, entre otros.

Contrario a estas posturas, desde el Partido del Trabajo (PT), Gerardo Fernández Noroña sugiere la existencia de una campaña sucia orquestada por la oposición al gobierno federal, incluso insinuando posibles vínculos de estos con el crimen organizado. Aunque Noroña aclara que no se trata de una acusación directa, sí plantea la necesidad de investigar estas hipótesis y llevar a los responsables ante la justicia.

Estos eventos y declaraciones subrayan la urgente necesidad de abordar la violencia política con un enfoque de unidad nacional, superando las divisiones partidistas para garantizar la seguridad, la justicia y la integridad del proceso electoral. La sociedad mexicana demanda acciones concretas y efectivas que restablezcan la confianza en las instituciones y en el sistema democrático, asegurando que México pueda trazar un camino hacia la paz y la estabilidad en este crucial periodo electoral.