México ante el desafío de aumentar su recaudación para fortalecer el desarrollo

México se destaca por su estabilidad fiscal y el manejo prudente de su deuda pública, según lo resalta el reciente Estudio Económico de México 2024 publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). No obstante, la OCDE subraya la necesidad de que México incremente sus ingresos tributarios para poder mantener esta prudencia fiscal y así afrontar con mayor eficacia los retos en áreas vitales como la educación, la infraestructura, y la lucha contra la corrupción y el crimen.

El estudio pone de manifiesto que, pese a contar con un “sólido historial en el logro de metas fiscales”, México tiene la tasa de recaudación más baja en relación al Producto Interno Bruto (PIB) dentro de los países miembros de la OCDE, situándose más de diez puntos porcentuales por debajo del promedio. Se identifica un considerable margen para incrementar los ingresos mediante la optimización de impuestos sobre la propiedad, la implementación de impuestos ambientales y la promoción de un sistema tributario más eficaz y progresivo, particularmente a través de la reducción de deducciones fiscales que favorecen a los estratos más acomodados de la sociedad.

Además de las medidas de recaudación, la OCDE recomienda un aumento en la eficiencia del gasto público. Esto incluye la implementación sistemática de análisis costo-beneficio en proyectos de infraestructura, evaluaciones periódicas y un mayor escrutinio en la asignación de recursos para programas sociales. Mejorar la transparencia en las adquisiciones públicas y restringir la adjudicación directa de contratos son pasos cruciales para combatir y reducir la corrupción.

El informe mantiene las perspectivas de crecimiento económico para México proyectadas anteriormente, con un esperado crecimiento del 2.5% en 2024 y del 2% en 2025. Este crecimiento estaría impulsado por la demanda interna, aunque las exportaciones podrían verse limitadas por la desaceleración económica en Estados Unidos.

La OCDE también identifica desafíos significativos en el ámbito social y económico. La baja participación laboral de las mujeres, atribuida en gran medida a la desigual distribución de las responsabilidades domésticas y de cuidado, y un mercado hipotecario que excluye a las personas de ingreso medio, son áreas que requieren atención prioritaria.

En el contexto del nearshoring, o relocalización de cadenas de suministro hacia México, la OCDE enfatiza la importancia de una gestión eficiente del agua y la transición hacia energías renovables. La abundancia de recursos de energía renovable en México se señala como una ventaja competitiva sustancial para atraer la manufactura global interesada en procesos de producción más limpios. La mejora en la gobernanza del agua y la promoción de la sostenibilidad ambiental son fundamentales para hacer de México un destino aún más atractivo para la inversión y el desarrollo industrial.

Este estudio resalta el potencial de México para fortalecer su desarrollo económico y social mediante políticas fiscales más eficientes y una mayor atención a la sostenibilidad y la equidad. La implementación de las recomendaciones de la OCDE podría marcar el comienzo de una nueva etapa de crecimiento y bienestar para el país.