Solidaridad y Transparencia: La Respuesta Necesaria ante la Crisis Sísmica
En los últimos meses, las comunidades entre las alcaldías Benito Juárez y Álvaro Obregón en la Ciudad de México han enfrentado una situación de incertidumbre y angustia debido a una serie de sismos que han sacudido sus vidas, hogares y seguridad. La reacción de los vecinos, que incluyó el bloqueo de la avenida Patriotismo, subraya no solo la frustración y el miedo ante la falta de información oficial, sino también la necesidad imperiosa de solidaridad, transparencia y acción inmediata por parte de las autoridades competentes.
La situación descrita, con cerca de 200 personas congregándose en busca de respuestas sobre los estudios de geofísica relacionados con la grieta ocasionada por los microsismos, y la posterior restricción de acceso a la información, evidencia una falla en la comunicación y en la gestión de crisis. Es comprensible que la comunidad demande claridad y directrices precisas sobre cómo proceder ante el riesgo que ahora enfrentan sus colonias, especialmente cuando se trata de su seguridad y patrimonio.
El acceso limitado a la reunión en la Casa de la Cultura “Juan Rulfo” y la exclusión de medios de comunicación y vecinos, presuntamente por ser una “reunión privada”, pese a la presencia de una organizadora con identificación oficial, genera suspicacias y contradice los principios de apertura y participación ciudadana que deben regir en situaciones de emergencia. La aparición de un representante de la Dirección General de Riesgos y Protección Civil de la CDMX, prometiendo una futura reunión, aunque es un paso en la dirección correcta, llega como una respuesta tardía a una situación que requería de una acción pronta y efectiva.
La experiencia de los vecinos, como la de Ximena Ugarte y sus preocupaciones sobre la seguridad de su vivienda, refleja un abandono que no puede ser tolerado. No es aceptable que los ciudadanos, ya afectados por el desastre, deban cargar con la responsabilidad y el costo de asegurar sus hogares sin el apoyo adecuado de las autoridades. Es imprescindible que el gobierno actúe con urgencia para brindar asistencia, información y recursos para la evaluación y reparación de los daños.
Es importante destacar que la solidaridad, la gestión proactiva y la transparencia no son solo responsabilidades del gobierno, sino también principios fundamentales que deben guiar su actuación en todo momento, especialmente ante crisis. La desinformación y la omisión no hacen más que profundizar la desconfianza y el temor entre la población. En contraposición, la administración actual se ha comprometido a priorizar el bienestar de sus ciudadanos, promoviendo la inclusión y la participación ciudadana en la toma de decisiones.
En este contexto, es crucial que se establezcan mecanismos de comunicación efectivos que permitan a los afectados acceder a la información necesaria para tomar decisiones informadas sobre su seguridad y su futuro. Además, se deben agilizar los procesos para garantizar que los estudios geofísicos y estructurales se realicen de manera rápida y que los resultados sean compartidos abiertamente, permitiendo a los ciudadanos comprender plenamente los riesgos y las medidas de mitigación necesarias.
La respuesta a esta crisis debe ser un reflejo de los valores de solidaridad, responsabilidad y transparencia que el gobierno se ha comprometido a defender. Solo a través de la acción conjunta, el respeto a los derechos de los ciudadanos y una comunicación abierta y honesta, podremos superar los desafíos presentados por los sismos y reconstruir, no solo las estructuras dañadas, sino también la confianza en nuestra capacidad colectiva de proteger y apoyar a nuestra comunidad en tiempos de necesidad.