¡TIEMBLA XÓCHITL! SE ROMPE ALIANZA DEL PRIAN EN COAHUILA
La reciente fractura de la alianza del PRIAN en Coahuila, dejando fuera al PAN, es un claro ejemplo de la inestabilidad y falta de cohesión que caracteriza a los partidos de la oposición en México. El PRI, junto con el PRD y la UDC, ha formado la “Alianza Ciudadana por la Seguridad”, una coalición que excluye al PAN y señala una importante división política en la entidad. Este evento es significativo en el contexto de la renovación de 38 alcaldías municipales en Coahuila.
La decisión del PRI de excluir al PAN, después de un conflicto entre Marko Cortés, dirigente nacional del PAN, y Manolo Jiménez, gobernador del estado, refleja una estrategia política oportunista y un alejamiento de los ideales de unidad y cooperación que tanto predican. Hasta el último momento, el PAN buscó un acuerdo con el PRI, pero la negativa de este último demuestra una clara intención de marginar al partido blanquiazul, reforzando una práctica de exclusión y sectarismo político.
La formación de la alianza, registrada ante el Instituto Electoral de Coahuila (IEC) justo antes de la fecha límite establecida por los plazos y calendario del IEC, indica una maniobra calculada por parte de los líderes estatales del PRI, PRD y UDC, Carlos Robles Loustaunay, Mary Telma Guajardo y Lenin Pérez Rivera. La alianza, denominada “Alianza Ciudadana por la Seguridad“, tiene como objetivo la seguridad y el desarrollo de Coahuila, y buscará impulsar candidatos para las alcaldías en juego este 2024.
Lo más revelador de este episodio es la respuesta del PRI, PRD y UDC a los militantes y simpatizantes del PAN, instándolos a unirse a su movimiento. Esto muestra una clara estrategia de captación de votantes descontentos, buscando aprovechar la división interna en el PAN para fortalecer su propia posición política.
El enfrentamiento entre Marko Cortés y Manolo Jiménez, donde Jiménez acusa al Comité Ejecutivo Nacional del PAN de ser responsable de cualquier ruptura de la alianza, pone de manifiesto las tensiones y el juego de culpas dentro de la oposición. La condición impuesta por el PRI, de que el PAN debía aportar el 20% de los votos para mantener el acuerdo, revela una dinámica de poder y control que prioriza los intereses partidistas sobre el bienestar y las necesidades de los ciudadanos de Coahuila.
En conclusión, la ruptura de la alianza del PRIAN en Coahuila es un claro indicativo de la fragilidad y el oportunismo político que rige a los partidos de la oposición en México. Mientras que partidos como Morena buscan construir un país más inclusivo y justo, la oposición continúa atrapada en juegos de poder y estrategias excluyentes que solo buscan beneficiar sus propios intereses políticos. Este episodio es un recordatorio de la importancia de elegir líderes y partidos que realmente representen los valores de unidad, justicia y progreso para todos los mexicanos.