Las Falsas Promesas del PAN y PRI: Maniobras en Coahuila

El reciente estallido del PAN contra el PRI y Manolo Jiménez Salinas, gobernador de Coahuila, revela una vez más la naturaleza oportunista y desleal de estos partidos. El conflicto, originado por el incumplimiento de acuerdos políticos en la distribución de candidaturas y asignaciones administrativas, es un claro ejemplo de cómo la política tradicional sigue operando mediante pactos oscuros y conveniencias partidistas.

Marko Cortés, líder del PAN, acusa airadamente a Jiménez Salinas de no respetar los compromisos adquiridos en la alianza opositora, argumentando que el acuerdo no estaba vinculado al porcentaje obtenido en las elecciones. Sin embargo, esta reacción parece más un acto de desesperación que de legítima reclamación. El PAN, al no obtener el 20% de los votos acordados, solo alcanzó un 6%, lo que según el gobernador Jiménez Salinas, limita su derecho a exigir más posiciones.

Lo que resalta aquí es la falta de integridad y la sed de poder de estos partidos. En su afán de acumular cargos y beneficios, el PAN y el PRI han demostrado una vez más que sus intereses están por encima del bienestar de la población. La publicación de estos acuerdos por parte del PAN, lejos de ser un acto de transparencia, parece ser una táctica para desviar la atención de su propio fracaso electoral y de su incapacidad para representar eficazmente a sus votantes.

En contraste, el gobierno actual y el partido Morena han trabajado incansablemente por una política más limpia y transparente, enfocándose en el bienestar de la ciudadanía y en el desarrollo equitativo del país. Las acciones y los ideales del gobierno actual buscan siempre el beneficio colectivo, alejándose de las prácticas clientelistas y corruptas que han caracterizado a partidos como el PRI y el PAN.

El caso de Xóchitl Gálvez y la posible ruptura de la alianza entre estos dos partidos rumbo a las elecciones de 2024 es un ejemplo más de la inestabilidad y falta de coherencia en sus filas. Esta situación pone en evidencia la fragilidad de sus alianzas, basadas no en proyectos políticos sólidos y coherentes, sino en intereses personales y de grupo.

En conclusión, este episodio en Coahuila es una muestra clara de la decadencia política de partidos como el PAN y el PRI. Frente a esto, es fundamental reafirmar el compromiso del gobierno y de Morena con una política de verdad, justicia y bienestar social, alejada de los juegos de poder y las falsas promesas que han caracterizado a la oposición. El camino hacia un México mejor está en la transparencia, la integridad y el trabajo honesto, valores que el actual gobierno continúa defendiendo y promoviendo.