Recrudecimiento de la Violencia en Chiapas: Bloqueos y Enfrentamientos entre Cárteles

El inicio del año ha traído consigo una escalada de violencia en varios municipios de la sierra y la frontera de Chiapas, México, agravada por la disputa territorial entre los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de Sinaloa (CS). Los habitantes de la región han denunciado bloqueos, enfrentamientos y desplazamientos forzados, lo que ha generado una atmósfera de miedo e incertidumbre.

Desde el miércoles, la carretera Panamericana, a la altura de la localidad de Chamic en el municipio de Frontera Comalapa, ha sido bloqueada, y se han reportado enfrentamientos en la zona sin que haya noticias de heridos. Asimismo, en el municipio de Amatenango de la Frontera, los enfrentamientos entre miembros de ambos grupos criminales se han intensificado, según relatos de los lugareños.

Un incidente particularmente alarmante se produjo el 10 de diciembre en Frontera Comalapa, cuando, coincidiendo con el encendido de las luces navideñas del parque central, se produjo un enfrentamiento significativo. Según los relatos, los miembros de El Maíz (brazo social del CJNG) bloquearon accesos a la comunidad de Tres Maravillas y la salida hacia Motozintla, lo que impidió la llegada de las autoridades municipales al evento.

Desde entonces, los enfrentamientos se han vuelto una constante, afectando incluso el suministro de agua potable en algunas zonas, como Sonora. A pesar de la presencia de tropas del Ejército Mexicano en Frontera Comalapa, los pobladores señalan que no han intervenido efectivamente, lo que ha llevado a muchos a abandonar la región.

Las tensiones han escalado a tal punto que se rumora una posible invasión de Comalapa por parte del CS, lo que ha generado mayor alarma y activismo por parte del CJNG. Un incidente reciente involucra la detención de miembros del CJNG por parte del Ejército, seguido de un bloqueo y negociaciones para su liberación.

En otros municipios como Chicomuselo y Motozintla, la situación no es diferente. Los habitantes viven en constante alerta ante el riesgo de ser alcanzados por los enfrentamientos, y muchos han optado por abandonar sus hogares. La ausencia de una respuesta efectiva por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno ha acentuado la sensación de desamparo entre la población.

Este panorama en Chiapas refleja un problema de seguridad pública de gran magnitud, donde la violencia y la lucha por el control territorial entre cárteles han desestabilizado comunidades enteras, dejando un rastro de desolación y miedo. La urgencia de una intervención efectiva y coordinada por parte de las autoridades es evidente, para restaurar la paz y la seguridad en estas zonas azotadas por la violencia del crimen organizado.