La CIDH Vigila de Cerca la Caravana Migrante en México

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha puesto especial atención en la caravana migrante que partió el 24 de diciembre de Tapachula, Chiapas, con el objetivo de llegar a la frontera con Estados Unidos. Esta movilización, que inicialmente contó con aproximadamente 10 mil personas, representa un significativo desafío para la garantía y el respeto de los derechos humanos de sus integrantes.

A través de sus redes sociales, la CIDH ha destacado la importancia de esta caravana y ha hecho un llamado a México y a Estados Unidos para que cumplan con sus obligaciones internacionales. Específicamente, se les insta a proteger los derechos de los migrantes, asegurando un debido proceso sin discriminación en los procedimientos migratorios y brindando asistencia y auxilio humanitario inmediatos.

La CIDH enfatiza que ambos países deben cooperar para garantizar una movilidad humana segura, regular y ordenada. Esta cooperación debe estar en línea con la Resolución No. 04/19, que establece los “Principios interamericanos sobre los derechos humanos de todas las personas migrantes, refugiadas, apátridas y víctimas de la trata de personas”.

La denominada “éxodo de la pobreza”, como se ha llamado a esta caravana migrante, tomó un descanso en el municipio de Mapastepec, Chiapas, durante el sexto día de su travesía a lo largo de la costa de este estado. Este hecho subraya la magnitud del desplazamiento y la complejidad de los retos humanitarios y de derechos humanos implicados.

La situación de esta caravana migrante no solo es un tema de seguridad nacional para México y Estados Unidos, sino también una cuestión de derechos humanos que requiere una respuesta coordinada y compasiva. El seguimiento de la CIDH refleja la preocupación internacional y el llamado a la acción para abordar las necesidades y proteger los derechos de miles de personas en busca de mejores condiciones de vida. Esta situación pone de relieve la necesidad de políticas migratorias más humanas y eficaces que puedan gestionar de manera adecuada los flujos migratorios, respetando siempre los derechos humanos fundamentales de las personas involucradas.