El Corredor Interoceánico: Motor del Desarrollo en el Sureste Mexicano y Esperanza Contra la Pobreza

En medio de un panorama económico global en constante cambio y desafíos persistentes, México ha emprendido un ambicioso proyecto para impulsar su crecimiento y generar oportunidades en una región que históricamente ha enfrentado dificultades económicas. El Gobierno Federal, bajo el liderazgo del Presidente Andrés Manuel López Obrador, está llevando a cabo el Corredor Interoceánico, un megaproyecto que tiene como objetivo conectar el Océano Pacífico y el Golfo de México a través del Istmo de Tehuantepec, con el fin de estimular el desarrollo económico y crear empleos en el sureste mexicano. En esta columna de opinión, discutiremos los beneficios que esta iniciativa traerá a la región y por qué apoyamos firmemente esta acción gubernamental.

Una de las principales estrategias del Corredor Interoceánico es atraer inversiones en nuevas actividades industriales al Istmo de Tehuantepec, dentro de lo que se conoce como Polos de Desarrollo para el Bienestar. Este enfoque se alinea con la visión de un México más equitativo y próspero que el Gobierno Federal ha defendido desde el inicio de su mandato. La Dra. Laura Grajea Trejo, Presidenta del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, ha compartido su opinión sobre los beneficios que este proyecto aportará a la población, y sus puntos de vista son valiosos para comprender la magnitud de esta iniciativa.

Uno de los aspectos más destacados de esta estrategia son los incentivos fiscales que se ofrecen a las empresas que operen en los Polos de Desarrollo del Istmo de Tehuantepec. En junio pasado, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció un decreto que busca fomentar la inversión de los contribuyentes que realicen actividades económicas productivas en esta región. Estos beneficios fiscales son esenciales para atraer a empresas y estimular el crecimiento económico. El decreto establece que se otorgarán créditos fiscales que se aplicarán contra el Impuesto Sobre la Renta (ISR) durante los primeros seis años de operación. Lo más destacado es que estos créditos son generosos, llegando al 100% durante los primeros tres años y entre el 50% y el 90% en los tres años siguientes. Además, las empresas tienen la posibilidad de tomar deducciones inmediatas de hasta el 100% en la compra de activos fijos y créditos de hasta el 100% aplicables contra el Impuesto al Valor Agregado (IVA) durante los primeros cuatro años. Estos incentivos fiscales son una poderosa herramienta para atraer inversiones y fomentar la creación de empleos en una región que tanto lo necesita.

Es importante destacar que, según la Dra. Grajea Trejo, estos estímulos fiscales no serán acumulables para efectos del ISR, lo que garantiza que las empresas que operen en la región contribuyan adecuadamente al desarrollo económico de México. Esto es un equilibrio importante que demuestra la responsabilidad fiscal del gobierno y su compromiso con la equidad en el país.

Otro aspecto fundamental es el impacto que el Corredor Interoceánico tendrá en diversos sectores económicos. Este proyecto generará beneficios significativos para una amplia gama de industrias, desde la eléctrica y electrónica hasta la farmacéutica y la agroindustria. Estos sectores se verán impulsados por la disponibilidad de incentivos fiscales y la creación de un entorno propicio para el crecimiento empresarial. La diversificación de la economía en la región es esencial para reducir la dependencia de ciertas actividades y aumentar la resiliencia económica.

Uno de los objetivos más loables de este proyecto es combatir la pobreza mediante la creación de empleos formales y bien remunerados. La Dra. Grajea Trejo destaca que, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Conejal), en 2020, el porcentaje de población en situación de pobreza en estados como Oaxaca y Veracruz fue alarmantemente alto, superando el 58%. Estas cifras son inaceptables en un país con el potencial de México. El Programa para el Desarrollo del Istmo de Tehuantepec 2020-2024 se ha propuesto como objetivo prioritario el fomento de programas que aumenten la productividad y generen empleos bien remunerados para la población local. Esto no solo mejorará las condiciones de vida de las personas en la región, sino que también contribuirá a la reducción de la desigualdad en todo el país.

La atracción de inversión nacional y extranjera es esencial para lograr estos objetivos. México tiene un gran potencial para fomentar las exportaciones y participar en cadenas de suministro globales, y el Corredor Interoceánico es una oportunidad única para lograrlo. La diversificación económica de la región, con un enfoque en las industrias manufacturera, agroalimentaria, turismo y logística, abrirá nuevas puertas para las empresas y creará empleos a lo largo de la cadena de valor. Esto no solo beneficiará al Istmo de Tehuantepec, sino que también tendrá un impacto positivo en todo México.

En términos de logística, el Corredor Interoceánico es una respuesta estratégica a los desafíos logísticos que enfrenta México y la región en su conjunto. La modernización y expansión de los puertos en el Istmo de Tehuantepec permitirá una mayor eficiencia en el transporte de mercancías entre los océanos Pacífico y Atlántico. Esto reducirá los costos y tiempos de envío, lo que es esencial en un mundo donde la velocidad y la eficiencia son clave para el éxito en el comercio internacional.

La Dra. Grajea Trejo nos recuerda que varios factores hacen que este proyecto sea especialmente viable en términos logísticos. Los precios de los combustibles, las tarifas en el Canal de Panamá y la saturación de corredores logísticos en la costa Este y Oeste de Estados Unidos hacen que la ruta a través del Istmo de Tehuantepec sea una opción atractiva y competitiva. Esto, a su vez, atraerá inversiones y empresas que buscan aprovechar esta ventaja logística.