Impulso a la Movilidad: Transformando el Ferrocarril en Servicio Público

En un reciente pronunciamiento, Jaime de Jesús Paredes Camacho, distinguido profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y reconocido experto en el sector ferroviario, ha enfatizado la importancia de considerar el ferrocarril de pasajeros como un servicio público esencial, equiparable a servicios fundamentales como el agua y la electricidad. Esta declaración surge en un momento crítico para el transporte ferroviario en México, especialmente en el contexto de la recuperación post-pandemia.

El sistema de ferrocarriles de pasajeros en México aún se encuentra en proceso de reactivación tras los desafíos impuestos por la pandemia de coronavirus. Según los datos del Sistema Nacional de Indicadores Ferroviarios de la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF), en el último año, el servicio transportó a 41 millones de pasajeros, lo que representa una reducción del 28.7% en comparación con las cifras de 2019.

Uno de los ejemplos más recientes de estos desafíos es el caso del Tren Turístico Puebla-Cholula, inaugurado durante las administraciones del ex presidente Enrique Peña Nieto y del ex gobernador Rafael Moreno Valle, y que dejó de operar en diciembre de 2021. Este proyecto, que no logró completar cinco años de funcionamiento, enfrentó una notable disminución en la afluencia de usuarios debido a la pandemia, lo que resultó en una relación desfavorable entre la inversión realizada y los ingresos obtenidos. Finalmente, la obra fue adquirida por la Secretaría de Marina, que procedió a su desmantelamiento en agosto para reutilizar partes de la maquinaria y los carros en el proyecto Transístmico.

Actualmente, la ARTF, bajo el auspicio de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), todavía incluye al Tren Turístico Cholula-Puebla en su registro de rutas de servicio de pasajeros. Este se suma a otras concesiones importantes como las otorgadas a Ferrocarriles Suburbanos y Ferrocarril Mexicano (Ferromex), que operan el Tren Suburbano y el Chihuahua-Pacífico, así como el Tequila Express y la Vía Corta Tijuana-Tecate, abarcando los estados de Jalisco y Baja California. Adicionalmente, destaca el proyecto del Tren Maya, que Fonatur Tren Maya tiene previsto iniciar operaciones en diciembre de este año.

El sistema ferroviario en México, con sus 17 mil 643 kilómetros de vías concesionadas, ha sido tradicionalmente enfocado en el transporte de carga, siendo gestionado principalmente por empresas como Ferromex, Kansas City Southern y Ferrovalle. Esta red es esencial para el movimiento de una cuarta parte de las mercancías en el país, así como para el comercio internacional en Norteamérica, transportando productos como granos, maquinaria, materiales de construcción y productos químicos.

En este contexto, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha anunciado un decreto, que se promulgará el próximo 20 de noviembre, en conmemoración del 113 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana. Este decreto permitirá el uso de las vías de los ferrocarriles de carga para trenes de pasajeros, aprovechando la infraestructura existente. Jorge Nuño, titular de la SICT, ha notificado a los principales concesionarios ferroviarios sobre este plan, dándoles un plazo de tres meses para presentar sus propuestas.

A pesar de las declaraciones de Issac Franklin, director de administración y finanzas de Grupo México Transportes, quien indicó que la empresa está en etapas iniciales de evaluación y abierta a colaborar con el gobierno, persiste la incertidumbre sobre la disposición de las empresas para asumir los costos significativos que implica integrar un servicio de pasajeros en las rutas orientadas a la carga. Según Paredes Camacho, este cambio requerirá inversiones técnicas considerables, incluyendo la adaptación de carros y locomotoras, así como mejoras en sistemas de administración y logística para combinar ambas redes.

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