Desafío Financiero: El Reto de la Inflación y el Acceso Limitado al Crédito en México
En el contexto de la lucha contra la inflación en México, un desafío significativo emerge debido al acceso limitado al crédito, afectando la eficacia de las políticas monetarias implementadas por el Gobierno. Menos de un tercio de la población adulta en México cuenta con acceso a créditos, y solo una cuarta parte de las empresas disfrutan de préstamos activos. Esta situación, junto al ya alto costo del financiamiento en el país, conlleva a una lenta repercusión de las alzas en la tasa de política monetaria sobre la economía real, ralentizando así la gestión efectiva de la inflación.
Contrario a ciertas expectativas, el incremento de la tasa de interés del Banco de México no ha conducido a un aumento proporcional en los costos de los créditos bancarios, especialmente en aquellos destinados a los hogares, como los préstamos automotrices, personales, de nómina, y en menor medida, los hipotecarios. Los especialistas señalan que estos créditos tienden a ser costosos, independientemente de la presión ejercida por la política monetaria.
Según datos del Banco de México, desde junio de 2021 hasta agosto de 2023, el costo de los intereses en las tarjetas de crédito incrementó 4.9 puntos porcentuales, alcanzando una tasa promedio de 38.57%; en créditos automotrices aumentó 2.3 puntos, para llegar a 46.77%; los créditos personales subieron 1.7 puntos, situándose en 27.55%, y los hipotecarios experimentaron un leve aumento de 0.6 puntos, alcanzando un 9.75%.
Esta tendencia al alza en el costo del crédito para hogares no refleja el incremento en la tasa de referencia del Banco de México, que escaló de 4 a 11.25 en el mismo periodo. La brecha entre estas tasas y el incremento de 7.18 puntos porcentuales en los rendimientos de valores privados y algunos instrumentos gubernamentales, como los Certificados de la Tesorería (Cetes), es notable.
James Salazar, subdirector de Análisis Económico y Sectorial en CI Banco, explicó que la política monetaria opera a través de canales como el ahorro, el crédito, el tipo de cambio y las expectativas de inflación. En México, donde la inclusión financiera es baja y las tasas de interés de algunos créditos al consumo ya eran elevadas, la transmisión de estas políticas es más lenta.
La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), revela que solo el 32.7% de la población adulta tiene al menos un crédito formal. A pesar de esto, el indicador de consumo privado ha aumentado un 11.8% desde junio de 2021, impulsado en parte por el gasto gubernamental y no necesariamente por el financiamiento bancario a empresas, ya que más de la mitad de estas consideran las tasas de interés como una barrera principal para adquirir créditos.
Janneth Quiroz, directora de Análisis Económico, Cambiario y Bursátil en Monex, señaló que la superficialidad del sistema financiero mexicano ralentiza el impacto de la política monetaria en la economía. Aunque el efecto se produce, su transmisión es más lenta. La lógica detrás del aumento de las tasas de interés sugiere que un mayor costo de endeudamiento debería reducir el crédito, afectando así el consumo y la inversión.
El Banco de México indica que su política monetaria actual es restrictiva, con una tasa real ajustada para desacelerar la actividad económica y contener la inflación. Especialistas del sector privado estiman que la tasa de referencia, actualmente en 11.25%, supera en más de 7 puntos las expectativas de inflación a 12 meses.