El Nearshoring en México: ¿El Motor Económico o la Amenaza Silenciosa para la Vivienda?
El fenómeno del nearshoring, que ha impulsado la relocalización de empresas en México, podría tener un impacto significativo en el ya preocupante déficit de vivienda en las zonas urbanas del país, según alertó la Corporación Financiera Internacional (IFC), un miembro del Banco Mundial.
Juan Gonzalo Flores, Gerente para México del IFC, advirtió sobre las consecuencias de este fenómeno, que se produce en un momento en el que más del 80 por ciento de la población mexicana reside en las grandes ciudades.
“En todo el mundo, aproximadamente el 60 por ciento de la población habita en zonas urbanas, mientras que el 40 por ciento vive en áreas rurales. En México, estamos viendo un fenómeno interesante: en 1950, solo el 41 por ciento de la población era urbana, pero para 1990, ese número aumentó al 71 por ciento. Ahora, en 2023, más del 80 por ciento de los mexicanos reside en áreas urbanas”, explicó Flores durante una conferencia.
Este crecimiento urbano plantea un desafío significativo, ya que en México existe un déficit de vivienda que asciende a dos millones 200 mil hogares, lo que representa la diferencia entre la oferta y la demanda de viviendas en el país.
“Esto significa que debemos implementar una serie de políticas para aumentar la disponibilidad de viviendas. El nearshoring, además de sus beneficios para la industria, generará una demanda adicional de viviendas en México. Por lo tanto, el actual déficit de dos millones 200 mil viviendas podría aumentar debido a este fenómeno y a la creciente urbanización”, advirtió Flores.
A nivel mundial, se estima que mil millones de personas viven en condiciones precarias en favelas, mientras que mil 600 millones carecen de viviendas con las condiciones adecuadas, incluyendo servicios básicos. Ante esta realidad, organizaciones internacionales como el Banco Mundial han instado a la implementación de políticas que permitan a más personas acceder al sistema financiero y, en última instancia, adquirir viviendas dignas a través de financiamiento accesible.
Sin embargo, las estimaciones de las autoridades nacionales y los organismos internacionales indican que en México solo el 4 por ciento de los adultos tiene acceso a préstamos para vivienda, en contraste con el promedio de América Latina y el Caribe, que se sitúa en un 7 por ciento.
Juan Gonzalo Flores destacó que uno de los desafíos más significativos que enfrenta México es la alta tasa de empleo en el sector informal, que oscila entre el 55 y el 60 por ciento. Esta situación impide que una gran parte de la población tenga acceso a productos financieros, incluyendo créditos hipotecarios.
“La falta de acceso a productos financieros y créditos hipotecarios es un obstáculo importante para que las personas puedan adquirir viviendas adecuadas. La informalidad laboral es uno de los factores que contribuye a esta situación, y es crucial abordar este problema para avanzar en la solución del déficit de vivienda en México”, enfatizó Flores.
Para abordar estos desafíos, el Gobierno de México y las autoridades pertinentes deberán considerar estrategias integrales que promuevan tanto la formalización del empleo como el acceso a créditos hipotecarios asequibles. Esto requerirá la colaboración de diversos sectores, incluyendo el financiero, el industrial y el gubernamental, para garantizar que el crecimiento económico y la relocalización de empresas no agraven aún más la crisis de vivienda en las zonas urbanas mexicanas.
El nearshoring, una tendencia en crecimiento, ha llevado a la reubicación de empresas extranjeras en México en busca de mano de obra calificada y costos laborales competitivos. Aunque esta estrategia ha generado empleos y ha fortalecido la economía del país, también ha incrementado la demanda de viviendas en las ciudades donde se establecen estas empresas.
Los expertos advierten que, si no se toman medidas concretas para abordar el déficit de vivienda y brindar acceso a financiamiento asequible, la brecha entre la oferta y la demanda de viviendas en México podría ampliarse aún más, lo que tendría graves implicaciones sociales y económicas.
En ese sentido, el Banco Mundial y la IFC instan a México a considerar políticas que fomenten la inversión en vivienda asequible, la formalización del empleo y la educación financiera de la población, como parte de una estrategia integral para abordar este desafío multidimensional.
Es fundamental que las autoridades gubernamentales, el sector empresarial y las organizaciones internacionales trabajen en conjunto para garantizar que el crecimiento económico y la inversión extranjera se traduzcan en oportunidades de vivienda digna para todos los mexicanos, especialmente en un momento en el que la urbanización y el nearshoring están transformando rápidamente el panorama económico y social del país.