Extorsiones a Limoneros y Comerciantes Desatan Crisis en Michoacán

La Fiscalía General del Estado investiga 120 casos de extorsión con posible implicación de la delincuencia organizada en la región.

La tranquilidad de los productores de limón y comerciantes en el estado de Michoacán se ha visto gravemente alterada por una ola de extorsiones que ha llevado a la paralización de actividades y el temor generalizado en la región. Según informes de la Fiscalía General del Estado, se han abierto un total de 120 carpetas de investigación relacionadas con casos de extorsión dirigidos a productores de limón, expendedores de tortillas y carniceros. Las autoridades también han señalado la preocupante posible intervención de la delincuencia organizada en estos ilícitos.

Las ciudades de Apatzingán y sus alrededores han sido particularmente afectadas por esta situación. En Apatzingán, un bastión en la producción de cítricos, se ha reportado que alrededor de 800 cultivadores de limón de los 2,500 que existen en la zona han optado por detener el corte y venta de su producción. Esto se debe a un aumento en las cuotas impuestas por el crimen organizado, lo que ha llevado a una crisis en el sector. Si bien en otros municipios de la región se ha logrado una cierta normalización de las actividades, en Apatzingán la tensión sigue en aumento.

El fiscal estatal, Adrián López Solís, ha declarado a medios locales que existen fuertes indicios de que los responsables de estas extorsiones están vinculados a grupos delictivos, aunque debido a la naturaleza reservada de la investigación, no ha proporcionado más detalles al respecto. No obstante, ha explicado que el aumento en la incidencia de este delito se debe a cambios en el proceso de denuncia e investigación. Ahora, las carpetas de investigación pueden abrirse no solo a partir de denuncias formales, sino también a raíz de información obtenida de fuentes abiertas o incluso de noticias. Además, se ha aclarado que no es necesario que el delito se haya consumado; la mera intención acompañada de amenazas físicas o psicológicas es suficiente para configurar el ilícito.

Uno de los elementos que ha exacerbado la situación es el aumento de cuotas que el crimen organizado ha impuesto a los productores de limón en el Valle de Apatzingán. Desde el 18 de agosto, alrededor de 5,000 productores han detenido sus labores en protesta por el incremento de la cuota de 20 centavos a un peso por kilo de limón al momento de venderlo a las empacadoras. Esta cuota afecta directamente los ingresos de los productores y ha generado un clima de incertidumbre en toda la región. De manera alarmante, las autoridades locales han afirmado que gran parte de estas empacadoras también están bajo el control de grupos delictivos.

La magnitud de esta crisis afecta a múltiples municipios. Buenavista, Apatzingán, Múgica, Parácuaro y Tepalcatepec suman actualmente 61,000 hectáreas cultivadas de limón en la región. Durante el 2022, esta área logró una producción total de 857,000 toneladas. Lo que alguna vez fue un motor económico para la zona, ahora enfrenta serias amenazas debido a la escalada de extorsiones y control por parte de la delincuencia organizada.

Los productores de Buenavista y Apatzingán han alzado la voz denunciando que durante más de 13 años han estado sometidos al pago de cuotas no solo en las empacadoras de limón, sino también en el gremio de comerciantes de productos básicos. Esta situación remonta a la aparición de los grupos de autodefensa en 2013, cuando se levantaron en respuesta al aumento de diversos delitos, incluido el cobro de “piso” a los cultivadores de limón.

La situación en Michoacán es una advertencia inquietante de cómo la delincuencia organizada puede infiltrarse en sectores económicos vitales y paralizar comunidades enteras. A medida que las autoridades continúan investigando estas extorsiones y luchan por recuperar el control en la región, la incertidumbre y el miedo persisten entre los productores y comerciantes afectados.