“Calderón revive la polémica en el PAN”
La división en el Partido Acción Nacional (PAN) no es algo nuevo, pero las diferencias entre panistas y ex panistas se han intensificado tras el cierre del periodo de sesiones en el Congreso. En este contexto, los señalamientos y reclamos se han vuelto cada vez más comunes, especialmente en relación con la dirigencia actual del partido y las decisiones tomadas en el pasado.
El ex presidente Felipe Calderón ha sido uno de los más críticos con la actual dirigencia del PAN y en particular con su presidente nacional, Marko Cortés. Calderón ha acusado a Cortés de haber impuesto a Ricardo Anaya como candidato presidencial en 2018, lo que ha generado un fuerte descontento en un sector del partido que no estaba de acuerdo con esa decisión.
Las diferencias se hicieron más evidentes cuando Fernando Rodríguez Doval, secretario de estudios y análisis estratégicos del Comité Ejecutivo Nacional, afirmó que había votado por Anaya. Esto provocó una respuesta inmediata de Calderón y su esposa, la diputada Margarita Zavala, quienes criticaron la postura de Rodríguez Doval y acusaron a la dirigencia del PAN de haber dividido, excluido y cancelado la democracia interna y la participación ciudadana para imponer a Anaya.
En medio de la polémica, también se sumó el ex panista Manuel Clouthier Carrillo, quien acusó a Calderón de haber destruido al PAN cuando fue presidente de la República, al haber privilegiado a sus amigos y debilitado la democracia interna del partido.
Esta situación pone en evidencia las profundas diferencias que existen dentro del PAN, no solo en cuanto a las decisiones tomadas en el pasado, sino también en relación con la dirección que debería tomar el partido en el futuro. Por un lado, están aquellos que defienden la democracia interna y la participación ciudadana como fundamentos del partido y que consideran que se deben tomar decisiones en conjunto. Por otro lado, están aquellos que consideran que la dirigencia debe tener más poder y capacidad de decisión, incluso si esto implica excluir a ciertos sectores del partido.
Lo cierto es que el PAN enfrenta un momento clave en su historia, en el que debe definir su rumbo y su papel en la política nacional. Si no se logra superar las divisiones y se sigue profundizando la brecha entre los distintos grupos del partido, el futuro del PAN podría estar en riesgo.